Cuando Internet apenas empezaba a despuntar surgieron los chats, que hoy son los reyes indiscutibles del amor. A través de los canales de conversación cientos de personas charlan bajo identidades anónimas. Entre palabra y palabra, hay quien se enamora perdidamente. A veces, las relaciones cibernéticas se materializan y acaban con final de cuento de hadas. ¿Qué importa las distancia cuando el amor es de verdad?
Para los que prefieran algo más tranquilo, las páginas de contactos son la alternativa perfecta. Se trata del equivalente a las agencias matrimoniales de antaño, pero a través de Internet. Chico busca chica o viceversa, chico busca chico, chica busca chica, granjero busca granjera, asiático busca asiática… ¡Existen todas las posibilidades! Basta con rellenar un formulario con tus datos y preferencias y tendrás a tu disposición cientos de perfiles que se ajustan al tuyo.
Los foros también ofrecen muchas posibilidades para enamorarse. Con un gran número de usuarios registrados, la gente comenta y opina sobre temas en común: moda, salud, arte, cine… Este nexo de unión puede ser el desencadenante de una bonita historia de amor.
Gracias a Internet parte de la soledad en la que viven millones de personas en el mundo se ha quebrantado. ¿Quién dijo que las nuevas tecnologías eran frías? ¡Todo lo contrario! A través de la red se pueden mandar flores, postales o poemas de amor ¿Quién no conoce hoy día a alguna pareja surgida gracias a Internet?
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