El vídeo, divulgado a través de televisión o visionado a través de reproductores domésticos, se caracterizaba por ser un media rico en experiencias que se aproximaba a la experiencia visual diaria. Internet se asemejaba a un territorio amplio, sin límites, en el que la búsqueda de contenidos era rápida y carente de fronteras pero limitada a un cierto tipo de información. El vídeo, por una parte como consecuencia del gran volumen de datos que genera y por otra por las limitaciones del ancho de banda disponible en la red, era un elemento poco habitual en Internet.
las webs actuales son el resultado de una evolución rápida y progresiva. Integran vídeo, música, datos e interactividad y son capaces ya de crear experiencias multisensoriales. No podemos afirmar que se asemejan a la experiencia televisiva ya que la realidad del vídeo en Internet constituye una realidad nueva que va más allá de lo que permite la televisión. La integración del vídeo en la web genera cambios que afectan a aspectos tan diversos como los procesos de producción, la estética y el lenguaje audiovisual.
La generalización del vídeo digital se ha producido de la mano del DV y la posibilidad de editar en el ordenador. A la facilidad de uso de las cámaras DV y su notable calidad de imagen se unen las potencialidades que se derivan de la edición digital. La edición digital recupera en cierto modo el espíritu de la edición cinematográfica clásica. Editar un vídeo analógico sobre cinta implica no poder cortar y suprimir secuencias innecesarias, o no poder añadir nuevos planos a una cinta ya editada.
Trabajar en formato digital permite insertar, suprimir, aplicar efectos, sumar capas,…, sin perder en absoluto calidad. En teoría son posibles infinitas generaciones a través de la exportación y reimportación de los clips a un proyecto. La introducción del ordenador como instrumento de edición de vídeo se produjo en los entornos profesionales los últimos años del siglo pasado y se generalizó para el público en general los primeros de éste. Los procesos de edición digital se han generalizado y si bien existen diversas posibilidades de software para llevarlos a cabo puede afirmarse que forman un conjunto de procedimientos y tareas bastante uniforme.
Publicar y distribuir vídeo a través de Internet origina una serie de problemáticas específicas la primera de ellas derivada del ancho de banda. En este sentido la caída progresiva de precios de la banda ancha, el incremento de su capacidad de flujo de datos, facilita el uso de vídeo en la red.
El objetivo hacia el que tiende actualmente el vídeo en la red apunta hacia la creación de experiencias inmersivas y atrayentes que fusionen el vídeo con el resto de componentes multimedia. Es en este sentido en el que la experiencia de usar vídeo en flash resulta muy interesante ya que, aparte simplificar procesos en las cuestiones relacionadas con el plugin, flash trata al vídeo como cualquier otro objeto. De esta forma es posible ejecutar no únicamente un control de las imágenes internas de un vídeo visualizado a través de Flash Player sino también poder mantener un alto nivel de interactividad con dichas imágenes mediante el anclaje de objetos con capacidad interactiva anidados dentro del clip padre que hace de contenedor del objeto de vídeo.
Un vídeo dinámico de calidad en la web pasa por la capacidad de compresión de los codecs, algunos de ellos como los Sorenson o los MPEG tienen capacidad para tratar adecuadamente movimientos moderados de la cámara y compensar por ejemplo los cambios para lograr panorámicas sin saltos. De todos modos, el campo de estudio que relaciona dos extremos de la cadena de trabajo, la realización y la compresión para publicación en la web, presenta un panorama extenso y dilatado en el que hay mucho camino por recorrer.
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